SECTOR DONDE SE ENCONTRABA EL LENOCINIO CONOCIDO COMO "EL PACAY" |
Huacho, como capital de la provincia de Chancay, contaba allá por la década
del 50 con su burdel ubicado en la calle Leoncio Prado, cerca a la esquina con “Alfonso
Ugarte”. Fue uno de los burdeles más famosos del cual hicieron uso nuestros antepasados,
dentro de una sociedad puritana y religiosa, que no se escandalizaba por tener
una “casa de cita” en pleno centro de Huacho.
La avenida Moore era el límite entre la ciudad y la zona rural. Las chacras
de Amay llegaban hasta este sector.
Cuando Huacho comienza a crecer, el burdel de Leoncio Prado es trasladado
hasta la calle Moore, tomando el nombre de “El Ciruelo”, por el árbol existente
en esos terrenos.
Allí estuvo por poco tiempo, porque Huacho seguía creciendo y entonces el
burdel sale a la Carretera Panamericana. Pero ya no uno, sino dos.
Uno de ellos funcionó en lo que hoy es el terminal de “Turismo Paramonga”
(aproximadamente). La prolongación Espinar todavía no existía, porque todos
esos terrenos, hasta la avenida Túpac Amaru,
eran alfalfales. Este burdel tomó la denominación de “El Manzano”.
El otro burdel se instaló pasando la Carretera Panamericana, en un pasaje
hacia la toma de agua conocida como “Chilcano”. Este lenocinio se le conoció
como “El Pacay”, por el árbol frondoso que allí existía.
Al expandirse Huacho y Santa María, los dos burdeles fueron trasladados
hacia las faldas del “Cerro Colorado”, pero la fundación del AAHH “Fujimori” y de la Urbanización “Los Cipreses”,
hizo que estos burdeles sean erradicados de esos terrenos ubicados en el
distrito de Santa María.
En la actualidad el burdel se encuentra lejos de los centros poblados, pero
ha traído consigo la proliferación de discotecas o night clubes en donde el
meretricio está creciendo progresivamente, sin ningún control, creando
situaciones de riesgo para los jóvenes que sin ninguna responsabilidad acuden a estos lugares.
Ya ni el “Kilombo” puede frenar la existencia de estos lugares donde la prostitución
se está consolidando, por lo que se hace necesaria la intervención de las
autoridades, tanto de la provincia como del distrito de Santa María, así como
el Ministerio Público y el Ministerio de Salud.
Sin embargo por allí han aparecido algunos sujetos, haciendo escarnio ya no
solamente del burdel instalado en Hualmay, sino de las medidas que se puedan
tomar para frenar este mal social que avanza sin control.
Si estos sujetos, hubiesen vivido en las décadas del 50 o 60 en Huacho,
habrían quedado sorprendidos, que en esa época, donde no existían los avances
científicos y tecnológicos de actualidad, ya habían burdeles.
Y esa sociedad conservadora de nuestros antepasados lo permitió sin
escarnios, ni escándalos.
O acaso, estos personajes quieren hacernos creer que son puritanos y que
nunca han visitado esos lugares.
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