Por: Heber Santos Ñañez Vargas
Crónica de un fallo que genera
más de un comentario en la región.
Golpe contra la corrupción.
En un país donde nos hemos acostumbrado a la impunidad de las
autoridades corruptas, la sentencia de la Sala Penal Liquidadora de la Corte
Superior de Justicia de Cañete de seis años de pena privativa de libertad efectiva
para el hoy ex alcalde de Asia, José Arias Chumpitaz y dos años de
inhabilitación para ejercer función pública; y de cuatro años de pena privativa
de libertad para Liliana Torres, suspendida por el período de tres años con las
siguientes reglas de conducta: prohibición de frecuentar determinados lugares,
prohibición de ausentarse fuera del país y comparecer obligatoriamente al
juzgado de forma mensual para informar de sus actividades, y lo más grave, al
igual que José Arias, tiene inhabilitación para ejercer o postular a función
pública por el período de dos años. Aunque la sentencia será recurrida ante la
Corte Suprema, lo que debe hoy el consejo regional es acompañado de la
sentencia condenatoria contra la polémica consejera, declarar su suspensión sin
más proceso porque viniendo de autoridad judicial sólo le queda acatar al
consejo regional y esperar la sentencia definitiva para vacar o no a la
consejera.
Decíamos que es un duro golpe contra la corrupción y un triunfo de la
democracia que siempre se ve atacada y menoscabada por la impunidad, pero hoy
el Estado a través del brazo de la justicia ha usado su "ius punendi"
para castigar la corrupción y aunque esta tiene la garantía de la doble
instancia, igual debemos felicitarnos que aún hay autoridades judiciales que
aplican la ley sin distingo de personas.
El delito leído en la sentencia es colusión defraudatoria y se ha
dictado después de escuchar los alegatos finales de las defensas de Liliana
Torres Castillo y José Arias y de ellos mismos que de manera personal
plantearon su defensa y mientras la consejera trató de justificar su doloso
actuar queriendo hacer creer al colegiado que lo juzgaba a una abogada que
desconocía lo que era la ley de contrataciones y adquisiciones del Estado.
Por su lado, el ex alcalde asiano (hoy recluido en la cárcel de
Cantera) ensayó más bien un discurso político puntualizando ciertos logros de
su vida política.
El Fiscal había pedido ocho años para José Arias y seis años para
Liliana Torres y las defensas de ambos acusados habían pedido la absolución
para sus patrocinados, pero después de casi un año que se reservó el fallo por
la fuga de ambos procesados cuando se iba dictar sentencia y consiguieron en
algún momento ganar un habeas corpus ante un juez chinchano de dudosa reputación
(hoy suspendido por la ODICMA Chincha), y se continuó un proceso que de manera
inexplicable se prolongó por varios meses y con innumerables micro audiencias,
era previsible la condena y aunque la composición de la Sala cambió porque el
Dr. Roberto Paredes Dávila, asumió la presidencia de la Corte cañetana, sin
embargo en sentencia dividida la Sala ha condenado y claro esperemos la
sentencia escrita antes de juzgar las razones del voto en discordia del
magistrado Ángel Polanco Tintaya a quien vimos bastante nervioso e intranquilo
(abandonó repetidamente la Sala) durante la lectura de sentencia. Mientras que
el Dr. Victor Duran Prado ha votado al igual que Vilma Lima por la sentencia
condenatoria contra las ex autoridades corruptas
(Tomado del facebook)
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